Hace una semana me escribió un miembro de la comunidad de IG que quería conocer más sobre cómo vivir su tiempo de soltera agradando a Dios.

Quiero empezar confesándoles que mi tiempo de soltería no fue tan bien aprovechado, solo la etapa justo antes de iniciar una relación con mi esposo. Fuera de esto y estando alejada de Dios por muchos años, o mejor dicho, manteniendo una relación conveniente con Él (obedecía en unas cosas y otras no conforme a MIS razonamientos), mi soltería no fue invertida de la manera que hubiese querido.

Por eso hoy busco aconsejar desde mi propia experiencia, abriendo mi corazón y compartiendo con otros la gracia que Dios tuvo conmigo.

Dicho esto, compartiré contigo algunas de las cosas que SÍ hice antes de casarme y que me fueron de gran bendición.

1- Cultivé nuevas amistades que me ayudaron a crecer en mi caminar con el Señor. Planeaba salidas creativas y diferentes, desde tomar un café en un lugar nuevo hasta hacer turismo interno. Las amistades tóxicas fueron dejadas a un lado.

2- Leí estos libros que marcaron para siempre mi corazón: Jesus + Nothing= Everything, La Resolución para Mujeres, Atrévete a ser una mujer conforme al Plan de Dios, Radical Womanhood, The power of a soft warrior: Fierce Women y The Gospel.

3- Salía regularmente al cine, atesorando, disfrutando ese tiempo a solas. Mirando hacia atrás puedo decir que fueron momentos de mucha ternura y que me permitieron cultivar una mejor relación conmigo misma.

4- Viajé a lugares remotos y tomé cursos que me apasionaban, y no simplemente que «sonaban» lindos o que «debía» hacer. Salí de mi zona de comodidad y vaya que fue una linda experiencia!

5- Empecé a compartir sin temor cómo el amor de Dios estaba transformando mi vida por completo. Entendí, como me dijo una hermana, que el no compartir tu testimonio a otros no es sinónimo de humildad, sino de orgullo, ya que el protagonista de todo es Dios, no nosotros.

6- Le puse nombre a mis debilidades y las entregué a Dios. Si quería disfrutar una relación de matrimonio sana, debía empezar trabajando conmigo. Y hoy te puedo decir que esa fue una de mis mejores decisiones!

7- Hice un listado de las cosas negociables y no negociables para mi en una relación (por primera vez había puesto en primer lugar que esa persona amara a Dios por encima de TODO). Anteriormente ponía que fuese alguien que «creyera» en Dios, pero la Biblia dice que hasta los demonios creen y tiemblan. Así que lo que quería realmente era a un hombre conforme a Su corazón, no que le creyera a medias.

8- Apoyé causas sociales que tenían valor y propósito para mí.

La lista puede continuar, pero mi invitación para ti es que armes tu propio kit. Pequeño o grande, no importa, es tuyo! Lo único que debes asegurar es que cada cosa que entres en tu maletín tenga un propósito: Glorificar a Dios (que no es más que «agrandar» Su nombre). Que esto último no sea negociable!

Nos leemos en la próxima!